Hay niñas que no tienen bastante con ser princesas de cuento de hadas o para las que los cuentos tienen wookies por hadas madrinas, padres malvados dirigiendo imperios galácticos y estrellas de metal en lugar de países y castillos, sables láser por espadas y sinvergüenzas en vez de príncipes azules. Son niñas que sueñan con pilotar naves espaciales y disparar armas potentísimas para salvar mundos. Las niñas que crecimos con Star Wars tuvimos en la princesa Leia un referente, uno de los pocos personajes femeninos fuertes, luchadores y valientes dentro de las películas de aventuras a los que desear parecernos. Hasta entonces, un personaje femenino fuerte era alguien capaz de sacar adelante a sus siete hijos durante una época mala, con Leia aprendimos que hay otras formas de ser una heroína. No importa si Leia era un personaje al margen de Carrie Fisher. Ella le dio vida, lo hizo suyo. Se ha muerto nuestra princesa. Y lloramos por ella.